Morgana Ucher
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DISSONANTS. CICLE DE PERFORMANCE I TECNOLOGIA
¿Cuál es la relación que guarda el ser humano con la tecnología? ¿Cómo ha cambiado la concepción y la función del cuerpo en el contexto pandémico actual? ¿Qué otros devenires les esperan a nuestros cuerpos tecnológicos?
Vivimos en una época en la que delegamos cualquier acción a aparatos tecnológicos: existimos, interaccionamos, consumimos y aprendemos a través de ellos. La crisis sanitaria que nos está afectando ha demostrado hasta qué punto la resolución de nuestras demandas depende de estos dispositivos.
En un momento en el cual el cuerpo ha sido limitado al espacio doméstico, resulta pertinente plantear una reflexión que investigue nuevas relaciones entre cuerpo y máquina. Abordar tal cuestión desde la acción y la interacción artística significa impulsarnos hacia otras formas de devenir, comprender, utilizar e interactuar.
De este modo, aunque hablar de arte y performance ante la presente indefinición del cuerpo puede sonar disonante, ser disonantes es más que la no consonancia con los diferentes elementos de un conjunto. Es además la nota que se escapa a las reglas, el discrepar ante la conformidad y la toma de una posición divergente a la hegemónica.
Dissonants, Cicle de performance i tecnologia es un proyecto ideado en el marco del Máster de Comisariado de Arte Digital de ESDi y Universidad Ramon Llull, con la colaboración de L’Estruch, Fábrica d’Arts en Viu de Sabadell. Cada comisario/a del curso ha seleccionado una performance generada por artistas emergentes en la escena catalana. Todas las acciones nacen desde una frecuencia determinada y se balancean en torno a un nexo común: la relación entre cuerpo y tecnología. De esta forma, el cuerpo se convierte en un eje situado entre el espacio físico y un mundo virtual; se visibiliza el paso del tiempo analizando su registro en las redes sociales; los teléfonos móviles se transforman en altavoces para una cocreación sonora y aparatos mecánicos visibilizan los elementos ocultos que se relacionan con nuestro entorno. La instalación, la virtualidad y el sonido son elementos comunes a la mayoría de las obras.
A su vez, el ciclo ha sido organizado por dos de los/las comisarios/as, Marco Tondello y Morgana Ucher, que además de organizar las diferentes partes del conjunto, han coordinado a sus compañerxs.
“La relación entre lo humano y el otro tecnológico ha cambiado en el contexto contemporáneo, para tocar niveles sin precedentes de proximidad e interconexión. La condición humana es tal que obliga al desplazamiento de las líneas de demarcación entre las diferencias estructurales, o entre las categorías, por ejemplo, entre lo orgánico y lo inorgánico, lo original y lo manufacturado, la carne y el metal, los circuitos electrónicos y los sistemas nerviosos orgánicos”.
El desplazamiento del que nos habla Rosi Braidotti en la citación anterior, parece hoy todavía más evidente. Resulta más difícil que nunca imaginar una desconexión de las extensiones tecnológicas. Reflexionar desde el cuerpo y el arte nos permite articular discursos hacia otras lecturas del ser disonante, atacando temáticas como: la resistencia, la desigualdad, el ámbito social y la obsolescencia; reclamando nuevas visiones que pongan de manifiesto las políticas y los procesos propios de una sociedad hipertecnologizada.
Dissonants es una posición abierta y creativa desde donde abordar tal cuestión y toparnos con soluciones y planteamientos inesperados.
BANDERAS EN BALCONES FRONTERIZOS: #internetflags - una exposición personal de Irma Marco
Espai Souvenir, Barcelona
Durante el período de cuarentena hemos sido partícipes de un nuevo fenómeno: una inesperada inmovilidad redujo nuestro espacio de interacción a los propios límites de nuestras casas, lo cual condensó los canales de comunicación en las brechas[1] que conforman nuestros hogares.
Empezamos a descubrir las extensiones de nuestras casas para sentirnos atraídos por sus propios límites: el rellano que divide la casa de la de nuestro vecino, el balcón como una pretensión por invadir el espacio público de la calle, pero también todas aquellas pantallas que al igual que ventanas, nos ofrecían otras experiencias con otros lugares, otra gente. Todas aquellas aberturas y resquicios que existieran en un hogar, tanto físicas como virtuales, adquirieron una importancia fundamental en el transcurso de los largos meses de cuarentena, pues fueron imprescindibles para mantener una función vital: la relación. Sin embargo, tal relación se dividió entre una circunscrita a un contexto físico y temporal determinado (las conversaciones entre los vecinos y vecinas a través de los rellanos, balcones y ventanas) y otra telemática (todas aquellas interacciones realizadas a través de una pantalla).
Es justamente en dicha intersección, entre lo tangible y cercano, y lo virtual y lejano, donde se sitúa el eje de la última exposición de la artista valenciana, Irma Marco. #Internetflags se expuso en la galería Espai Souvenir, situada en el barrio barcelonés de Gracia durante un período comprendido entre el 22 de octubre y el 15 de noviembre 2020. Justo antes del inicio de la cuarentena, la artista adquirió grandes extensiones de tela, que utilizó durante el aislamiento para confeccionar y pintar una serie de mensajes en formato de banderas. Según las producía, las colgaba de su balcón, proponiendo de este modo, un nuevo medio de comunicación con el vecindario de su barrio. Dichos mensajes son lemas, frases o citas propias de la esfera digital, que la artista es capaz de recontextualizar para resignificarlos en los balcones fronterizos.
El proceso de producción, que tuvo lugar en la casa de la propia artista a lo largo del período de cuarentena, se enriquece con la curaduría de Arianna Esposito y Marco Tondello, quienes proponen una exposición que traspasa los límites de la galería para ocupar las calles de Gracia. La propuesta implicó la activación del tejido social del barrio, puesto que fueron las vecinas de la galería quienes, repitiendo el gesto de la artista, exhibieron las banderas desde sus balcones.
A través de #walks (tours guiados por los comisarios) se realizaron recorridos en los que el proyecto y el barrio se fundían en un diálogo abierto a los transeúntes. Algunos mensajes, como I xxxe internet, proponían a través de su libre interpretación una reflexión acerca de nuestra afectividad con y por medio de la tecnología. Otros, como Where do you want to go today?, conformaban paradojas en el contexto de la pandemia o acentuaban la sensación de libertad al navegar en la red.
Con la vista puesta en un nuevo contexto post-pandemia, el proyecto expositivo pretende llamar la atención sobre la relación entre tecnología y ser humano. Una relación que se ha visto fortalecida en un período de crisis sanitaria, pero que, a diferencia de esta última, parece que sólo puede ir hacia vínculos cada vez más mediados por aparatos tecnológicos. Plantearse las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas, es fundamental para definir quienes somos y hacia dónde queremos ir.
Las banderas de Irma Marco, en este contexto, adquieren el potencial para comunicar aquello, que desde la hiperconectividad de la red, sería ininteligible. #internetflags propone un receso que permite pensar nuestro presente y todos sus posibles futuros en la precipitación hacia la hipertecnologización de todos los ámbitos sociales.
[1]Brechas, en este contexto, hace referencia la tercera definición de la RAE: resquicio por donde algo empieza a perder su seguridad.
Morgana UCHER